
Desarrollo Industrial: Proveedores por la sustentabilidad e innovación
La industria salmonicultora requiere de múltiples proveedores de servicios y suministros, quienes constituyen un aspecto esencial en el funcionamiento del mercado. En este escenario, las incubadoras y organizaciones de innovación y desarrollo juegan un rol fundamental en el apoyo de emprendimientos locales que fortalecen la productividad en Chile.
Revista Salmonxpert
Actualmente, la sociedad exige una industria que considere al entorno y la comunidad como un factor esencial de desarrollo. En este contexto, surgen compañías e ideas que mediante ciertos giros a productos y procesos habituales han logrado proveer al sector salmonicultor de mejoras que hoy se han trasformado en elementos imprescindibles.
DLC: en la senda del progreso de insumos básicos
La firma DLC Soluciones en Packaging está enfocada en la producción y comercialización de gel packs refrigerantes, como también en el abastecimiento de soluciones de empaque para compañías de diversa índole, entre Arica y Punta Arenas. “Dentro de los insumos que requería la industria salmonicultora, se encuentran los gel packs. Por lo general, las empresas se abastecían con muchos proveedores artesanales, salvo uno o dos casos que eran firmas más establecidas”, explicó el fundador de la compañía, Jaime de la Cruz, quien comenzó con la producción de gel packs el año 2011 y asegura haber apostado por “comenzar en forma muy tímida inicialmente, pero siempre apuntando a un producto de excelencia y calidad en sus materias primas”.
El gel pack se compone de una bolsa plástica dotada de propiedades específicas, dado que tiene que resistir una temperatura de congelamiento de -35 °C, y después mantenerse a -21 °C, para entregar el producto entre -18 °C y -20 °C. Lo que va dentro del plástico son fundamentalmente tres productos: agua potable, carboximetil celulosa de sodio (CMC) y benzoato de sodio. Los tres productos tienen un grado alimenticio absoluto, y son compostables. “Nuestro producto ayuda a mantener la cadena de frío a tal punto que, cuando el salmón fresco llega a su destino final, el gel se mantiene congelado. Además, nos destacamos por entregar un gel que es inocuo al consumo humano”, expresó De La Cruz.
Uno de los paradigmas quebrantados por la firma, fue la entrega del producto en cajas desechables. “Antes del 2011, año en que introdujimos esta práctica, los gel packs se despachaban en bandejas retornables, lo que generaba una serie de inconvenientes y riesgos sanitarios dentro de la misma industria, ya que si bien las bandejas eran sanitizadas, eran reutilizadas y se enviaban a otras plantas, existiendo siempre un riesgo”. Hoy, prácticamente toda la industria recibe los gel packs en cajas desechables.
Endeavor, organización que apoya a los mejores emprendedores de alto impacto a nivel mundial, ha sido una red de apoyo esencial para DLC. La organización detectó la capacidad del equipo para darle un valor agregado a este insumo básico. Afirman que además de haber generado modificaciones en la entrega y lograr producir un gel biodegradable, otra de las características diferenciadoras es la resolución sanitaria que ostenta la planta de producción, “tema que fue conflictivo, ya que no nos querían certificar porque no producimos alimentos, entonces era una contradicción. Pero para nosotros era importante que nuestros clientes entendieran que compartimos códigos y hablamos en el mismo lenguaje”, aclaró de la Cruz.
Su equipo de trabajo está compuesto por doce personas, además de otras tres que realizan asesorías permanentes en diversas áreas. Actualmente, la firma trabaja con ProChile, en un proyecto orientado a la apertura hacia el mercado internacional. DLC fue beneficiada en un concurso nacional en el que se eligieron a cinco empresas con potencial exportador para una misión a Centroamérica. La visita se realizará a fines de septiembre, y De la Cruz, agrega que están estudiando seriamente el exportar e, incluso, eventualmente abrir una planta en Costa Rica, u otro país de la región.
“Las ganas de innovar y desarrollar proyectos nuevos están en el ADN de nuestra compañía. En DLC destinamos el 30% de nuestro tiempo a desarrollar cosas nuevas, de las cuales cada 50 resulta una, esa es más menos mi estadística”, afirma el empresario. Esta intención se materializa, por ejemplo, en la reciente firma de un acuerdo de cooperación con la empresa alemana de tecnología, Basf, para el desarrollo conjunto de soluciones innovadoras a nivel mundial relativas al gel pack. “Es algo que no existe y fue una idea que se me ocurrió en algún minuto y necesitaba un socio tecnológico líder mundial”, adelantó acerca de este producto, precisando que “estos procesos son largos, caros y llenos de obstáculos, por lo que es difícil establecer plazos, pero esperamos tener noticias durante el próximo año”.
La firma produce alrededor de dos millones y medio de gel pack al mes, abasteciendo a 18 plantas de la industria salmonicultora, además entrega sus productos a pesqueras, laboratorios, fruteros y a empresas y servicios del Estado. En definitiva, a cualquiera que necesite un apoyo en su cadena de frío. Además, aseguran estar creciendo en forma importante, proyectando una nueva planta para el año 2016, que ampliará su capacidad productiva en un 50%. La producción del gel pack se realiza a través de procesos automáticos en una planta ubicada en Puerto Montt, que funciona las 24 horas del día, seis días a la semana, en turnos continuos. Luego, se inicia el proceso de congelación, ya que casi el 75% de la producción se entrega congelada, mientras que el otro 25% se entrega a temperatura ambiente.
Bioxiplas: transformando el plástico en un aliado de la industria y el medio ambiente
Loreto Mendoza es una emprendedora que quiso romper con la asociación entre los términos “empresa” y “contaminante”. En el año 2011 fundó Bioxiplas y, hoy, trabaja junto con su marido, ambos ingenieros agroindustriales, en la fabricación y comercialización de uniformes desechables de material biodegradable para ser utilizados en plantas de proceso de alimentos a nivel industrial. Para la manufactura, utilizan material virgen certificado y biodegradable, que tiene la propiedad de ser reciclable, con el fin de generar materia prima para volver a ser procesada.
Bioxiplas fue el primer emprendimiento de Mendoza que surgió bajo el alero de Austral Incuba. “Comenzamos fabricando sólo uniformes desechables, pero a medida que fue pasando el tiempo, nos dimos cuenta que el 70% de la basura de las plantas de proceso es plástico, material que puede demorarse entre 200 y 400 años en degradarse. Logramos fabricar un material que se degrada o con luz, o con agua o con temperatura, pero no necesitas los tres factores para que esto se degrade”, explicó.
Una de las mayores ventajas de los uniformes de Bioxiplas, utilizados por compañías como Los Fiordos, Antarfood y Australis, entre otras empresas, es que se degradan en seis meses, dependiendo del espesor, y hasta en dos años como máximo. Mediante la utilización de tintes con grado alimentario y materiales certificados por la Agencia de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), la firma ha logrado crear productos libres de alérgenos, permitidos en la Unión Europea (UE) y en el Mercado Común del Sur (Mercosur). “Sabemos que nuestro uniforme es un 26% más caro que el precio de mercado, pero es delgado, otorga facilidad y elasticidad para que los operarios maniobren adecuadamente, son Food Grade y están certificados bajo análisis especializados”, afirmó la empresaria.
“Los delantales son una necesidad y se utilizan mucho más de lo que deberían, en vez de utilizar seis u ocho, se podrían usar tres y estaría bien. Yo creo que los negocios se pueden realizar sin realizar un gran daño medioambiental”. Mendoza cuenta que su cliente más grande es Agrosuper, “fueron ellos los que me exigieron calidad, alinearme con el medio ambiente, con certificaciones. A medida que fui avanzando, me di cuenta que día a día se obtienen mejores cosas, al pasar por distintas etapas donde las compañías te exigen más y te permite ir actualizándote, pero no sólo por el tema de las certificaciones, sino que también porque uno quería contribuir un poco mediante su negocio”.
Fue en este proceso cuando la ejecutora de Bioplas comenzó a indagar aún más en el mundo del plástico y reparó en que en toda la industria de proteínas, el producto mejor pagado es el fresco. “Empezamos a investigar algún producto que pudiese mantener el producto fresco, otorgando una mayor durabilidad sin necesidad de usar preservantes. Como ya teníamos el plástico, comenzamos a indagar primero con cobre, elemento que no nos sirvió porque migra al alimento, en cambio la plata sí, y ahí empezamos a desarrollar la bolsa para envasado Nanoxplas”.
Según la ejecutiva, el salmón fresco dura entre 19 y 21 días, “Nanoxplas aumenta la vida útil del salmón fresco en vitrina, la bolsa que hace esto cuesta tres veces más que la normal, pero no necesita atmósfera controlada, ni congelar, sólo frío de refrigerador. Uno de nuestros clientes hizo la prueba con un salmón ahumado en nuestras bolsas, que tienen sólo una capa. Generalmente al salmón que manipulaba esta persona le salían hongos al día 21, utilizando la bolsa fue al día 47”, afirmó.
El producto, que ya está listo para comercializarse y contó con el apoyo de Austral Incuba en la última etapa, está realizado con nanopartículas de plata, ofreciendo propiedades antimicóticas y antimicrobianas. Los materiales utilizados en la bolsa están certificados por la FDA y el producto cuenta con análisis de migración de la plata, cumpliendo con todas las normas y parámetros exigidos por la UE y Mercosur, además de ostentar análisis de superficie microbiológicos. Actualmente, Mendoza asegura estar en conversaciones con dos compañías salmonicultoras que probarán el envase.
Biofiltro: una solución sustentable al problema de la escasez de agua
Biofiltro nace el año 2010, buscando dar una solución sustentable al problema de la escasez de agua en el mundo. Así, Matías Sjogren y Rafael Concha, dos ingenieros de la UC, decidieron unirse al también ingeniero Alex Villagra, creador del Sistema BIDA, y formaron Biofiltro. La empresa ha comercializado esta tecnología, capaz de tratar las aguas servidas y RILes (residuos industriales líquidos) para reutilizarlas en el riego, que es donde se consume el 70% del agua del mundo.
El Sistema BIDA utiliza tecnología basada en biología. El modelo utiliza distintas capas naturales microbiológicas, diseñadas de acuerdo a las características del agua residual que se tratará, y en las cuales habita una flora microbiológica especializada. “A través de este proceso somos capaces de obtener aguas aptas para riego u otros fines sin el uso de productos químicos y ahorrar hasta un 80% de la energía utilizada por las soluciones convencionales, sin generar además ningún tipo de desecho contaminante. De este proceso nacen dos insumos muy valiosos para la industria agrícola y alimenticia, como son fertilizantes orgánicos e importantes fuentes de proteínas y aminoácidos”, explicó Sjogren.
Hoy, Biofiltro cuenta con 120 plantas en América, Europa y Oceanía. 80 de ellas se encuentran en Chile, aportando a industrias nacionales, tal como la salmonicultora. “Es una solución competitiva y de bajo costo para el tratamiento de los RILes y lodos que generan en sus procesos productivos, de esta manera podrán devolver las aguas contaminadas de forma limpia al mar o ríos”, afirmó el gestor de la tecnología. El sistema se hace cargo de todos los desechos líquidos generados en plantas de proceso, además de filtrar el lodo que se acumula en las pisciculturas.
Según Matías Sjogren, la recepción en la industria salmonicultora por parte de empresas como Camanchaca, Marine Harvest y Pacific Star, “ha sido muy buena, ya que la tecnología ha demostrado ser sumamente eficiente en el tratamiento de efluentes de esta industria, además nuestros clientes aprecian que sea una solución sustentable y de bajo costo para esta problemática actual”.
Según sus creadores, Biofiltro se instaura como un método transversal, sustentable y de bajo costo. “El Sistema BIDA puede ser utilizado en pequeñas poblaciones y en grandes industrias, por ser de bajo costo y sustentable, en términos económicos, sociales y medioambientales”, según explicó Sjorgen.
Dentro de los subproductos de este proceso, se encuentran importantes fuentes nutricionales de alto contenido proteico y de aminoácidos, y además ricos fertilizantes orgánicos. Además de la aplicabilidad a distintas escalas, y de prescindir del uso de químicos, las condiciones geográficas en que se aplica el sistema también son muy variadas, permitiendo que se utilice en lugares tan distintos como la Antártica o el Desierto de Atacama.
La tecnología y modelo de negocio sustentable e internacional, apoyado por Endeavor, hizo a estos profesionales acreedores en el año 2011 del Clean Tech Open en Silicon Valley, Estados Unidos, como “Sustainable Wastewater Treatment Technology”, concurso internacional donde participan anualmente más de 1.500 tecnologías CleanTech a nivel mundial.
La casa matriz de la empresa se encuentra en Chile, y sus oficinas regionales están en EE.UU. y Nueva Zelanda. En los próximos años, Biofiltro continuará con su expansión internacional. A nivel mundial, actualmente trabajan más de 50 profesionales de distintas áreas del conocimiento como ingenieros civiles, ingenieros ambientales, abogados, periodistas, dibujantes, constructores, entre otros.